Es considerada una de las principales artistas figurativas emergentes mexicanas. El tema del cuerpo se ha convertido en una parte esencial de su trabajo, ya que le permite conocer aspectos relevantes de su condición humana. Su tendencia al arte figurativo se contrapone con una cierta preocupación e insistencia en la brutalidad de los personajes retratados. A través del aceite y los esmaltes, y entre pinceladas de colores que tienden a desfragmentarse, Paulina Jaimes muestra la condición vulnerable del cuerpo ante un mundo que es sorprendentemente inestable.
Sus retratos, poseedores de una enorme capacidad de captación y penetración psicológica en el espectador, son profundamente perturbadores e inquietantes, ya que nos hacen reaccionar ante una realidad acentuada o dramatizada.
Sus personajes son neorrealistas y marginales, en ellos, la simulación de la violencia y la teatralización de las emociones son una manera de expresar sentimientos, los cuales se oponen abruptamente al mundo de las imágenes superficiales o a las de belleza convencional en poses complacientes.